A finales de 2017, la capacidad instalada de energía fotovoltaica de China superó el objetivo del plan quinquenal (XIII Plan Quinquenal), mientras que la capacidad instalada de energía eólica aún dista menos de 50 GW del objetivo del XIII Plan Quinquenal. Si tomamos los objetivos originales del XIII Plan Quinquenal como un límite inamovible, el margen de maniobra actual para la energía eólica y solar es muy reducido. Actualmente, la capacidad instalada de energía solar ha alcanzado los 150 millones de kilovatios, mientras que la de energía eólica ha llegado a los 180 millones de kilovatios. Además, la tasa de abandono de energía eólica y solar ha mejorado considerablemente este año. En el primer semestre de este año, la tasa de abandono de energía eólica ha bajado hasta aproximadamente el 8%, mientras que la de energía solar se sitúa alrededor del 3%, y se espera que estas cifras sigan disminuyendo. Por lo tanto, la Administración Nacional de Energía de China también ha indicado que es necesario ajustar los objetivos originales del XIII Plan Quinquenal, aumentando estos objetivos en lugar de utilizarlos para restringir el desarrollo de las energías renovables.

　　Además, por el momento, la guerra comercial entre China y Estados Unidos no afectará al desarrollo de la energía baja en carbono en China. Hay dos razones para ello: en primer lugar, la energía baja en carbono tiene una demanda social fundamental, la sociedad necesita desarrollar energía eléctrica verde y baja en carbono; en segundo lugar, el coste de la propia energía baja en carbono está disminuyendo rápidamente, y su competitividad será cada vez mayor, por lo que su capacidad interna está mejorando y la demanda externa es alta. En estas circunstancias, sin duda podrá seguir desarrollándose. Las energías renovables y la energía baja en carbono de China se encuentran en una fase de rápido desarrollo histórico, y ninguna fluctuación alterará esta tendencia de desarrollo.

　　En cuanto a la tecnología, la energía baja en carbono de China tiene una cierta competitividad en el ámbito internacional, con un rápido desarrollo y una escala considerable; para China, conseguir esto no es difícil. Además, el precio y el coste de la energía baja en carbono también están disminuyendo. Sin embargo, debemos reconocer nuestras debilidades. La debilidad más fundamental de la energía baja en carbono radica en la investigación básica, y si profundizamos más, debemos dar importancia a la ciencia de los materiales. Por ejemplo, las células solares son un campo muy activo en la actualidad, y se compite en todo tipo de células solares, costes y eficiencia, cuyo campo central es la ciencia de los materiales; otro ejemplo es el almacenamiento de energía, cuyo núcleo también implica la plena utilización de los materiales. Huawei está obteniendo resultados considerables en el ámbito de las baterías. La ciencia de los materiales determina la tecnología de la energía baja en carbono. Los aerogeneradores de energía eólica también son un problema de materiales, por ejemplo, los aerogeneradores necesitan utilizar materiales resistentes a la corrosión.

　　Si hablamos de la brecha, sí que existe una brecha con el nivel internacional, y esta brecha se refleja en la necesidad de que las empresas nacionales mantengan la cabeza fría, mejoren su industria manufacturera, pero lo más fundamental es que el país dé importancia a la investigación tecnológica de la energía baja en carbono, y que el personal que se dedica a esta investigación tecnológica tenga perseverancia para obtener resultados. La capacidad de China en nuevos materiales necesita mejorar, por ejemplo, la energía solar orgánica e inorgánica, este tipo de cosas suelen ser investigadas en el extranjero y luego, en China, se sigue esa investigación, pero nos falta innovación autónoma, por lo que la ciencia de los materiales necesita generar nuevas ideas, por lo que la brecha entre China y el nivel internacional requiere una mejora de la investigación básica de las energías renovables.

　　La energía baja en carbono tiene muchas formas de energía, y la relación entre ellas no es antagónica, sino que coexisten y requieren esfuerzos conjuntos. Abogo por los "tres caballos de la energía baja en carbono", que son las energías renovables, la energía nuclear y el gas natural. Las energías renovables incluyen la energía eólica, solar, geotérmica, marina e hidráulica; aunque el gas natural es un combustible fósil, es un combustible fósil relativamente bajo en carbono, por lo que personalmente llamo a estos tres la "carga conjunta de tres caballos", no basta con uno de ellos. En el sector energético, el carbón representa el 60%, y para sustituir un sector del carbón con una participación tan alta por energía baja en carbono, se requieren esfuerzos conjuntos.

　　Autor: Du Xiangwan, ex vicepresidente de la Academia de Ingeniería de China